miércoles, 8 de mayo de 2019

RECUERDO DE LADISLAO VAJDA, Fernando Alonso Barahona







RECUERDO DE LADISLAO VAJDA

 Fernando Alonso Barahona


“Ladislao Vajda no ha sido para el cine español un extranjero, sino uno de los nuestros desde su llegada a Madrid en 1942 “. Así comenzaba su homenaje el crítico Luis Gómez Mesa para recordar al ilustre autor de Marcelino Pan y Vino , El cebo  y Mi tío Jacinto . Ladislao Vajda había nacido en Budapest el 18 de agosto de 1906 , hijo del famoso guionista Ladeslao Vajda ( colaborador de cineastas como George W Pabst ) y cuyo recuerdo pasa  casi desapercibido en el olvidadizo escenario cultural  -preso de la corrección política y la llamada memoria histórica - de la España contemporánea .

  Ladislao Vajda fue uno de los cineastas más destacados del cine español clásico, sin embargo lo disperso de su filmografía, los estragos de la corrección política – la  misma que intenta olvidar otros grandes nombres coetáneos de Vajda como Rafael Gil ( 1913-1986 ) o José Luis Saenz de Heredia ( 1911- 1992 ) – han provocado que su nombre apenas sea reconocido salvo por los cinéfilos. Sin embargo sus películas más famosas continúan vigentes y se han convertido en films de culto, como “El cebo “  muy superior al remake contemporáneo protagonizado hace muy pocos años por Jack Nicholson .
   Vajda hizo sus primeras armas en el cine húngaro : Hallo Budapest 1933 y en su país natal filmó varias películas desconocidas incluso para el más avezado especialista . El estallido de la segunda guerra mundial rompió su forma de vida y comenzó su peregrinaje por diversos lugares .  Llegó a Francia donde rodó Sebastopol en 1939 protagonizada por Barrault , estuvo en Italia donde dejó “Conjura en Florencia “ 1941 y en 1942 viajó a España , país que le acogería y en donde pudo recuperar con su familia una vida estable .
  De 1942 es precisamente su primera película española : Se vende un palacio , con Roberto Rey, Manolo Morán y Mari Santamaría  , a la que siguieron títulos como El testamento del virrey 1944 , Cinco lobitos, 1945 con Antonio Casal o la coproducción hispano-portuguesa “Tres espejos “  adaptación de la obra de Natividad Zaro .  Repitió en Portugal con Barrio, 1947 a la vez que viajó a Inglaterra el tiempo suficiente para rodar “The Golden Madonna” 1947 con Phyllis Calvert y Michael Rennie .

  A partir de 1948 su consolidación en España fue un hecho, sobre todo tras su nueva adaptación de Natividad Zaro : Sin uniforme 1948 y su encuentro con el guionista José Santugini en la deliciosa Séptima página , 1950 protagonizada por Rafael Durán, Alfredo Mayo y Luis Prendes .  Tras un breve regreso a tierras británicas : The lady with no name 1950 – nada menos que con Richard Burton – logró el primer gran triunfo de su carrera con “Ronda Española “ 1951, homenaje escrito por Rafael García Serrano  y José María Sanchez Silva a los Coros y Danzas de la Sección Femenina .




  Llegaron entonces – seguidas – sus obras maestras . Una tras de otra, las que han garantizado un lugar en la historia del cine español y europeo y las que hoy aún siguen sorprendiendo a los que se acerquen a ellas con ojos desprejuiciados .

  Bajo la marca de Chamartín Films firma Carne de Horca 1953, con Rossano Brazzi y Emma Penella, una historia de aventuras llena de personajes auténticos y el sabor de los romances populares . 



En 1955 llega la mítica Marcelino Pan y vino, “ un cuento de padres a hijos “ al decir de su autor José María Sánchez Silva que no sólo lanzó al estrellato a su protagonista infantil, Pablito Calvo, sino que se convirtió en el mayor éxito internacional del cine español . Cannes, Estados Unidos, la américa hispana, Japón, …la historia del niño huérfano acogido por los frailes y que descubre la magia espiritual hablando con una imagen de Cristo crucificado, está maravillosamente rodada y continua emocionando hasta saltar las lágrimas en cada visión .





Vajda repetiría con Pablito Calvo, pero lejos de hacer secuelas de su éxito, presentó una inteligente comedia sarcástica : Un angel pasó por Brooklyn 1957 – historia humana con moraleja protagonizada además por Peter Ustinov – y la extraordinaria Mi tio Jacinto, 1956, donde el encantador niño era acompañado por Antonio Vico, Juan Calvo  o Pepe Isbert .


Mi tio Jacinto cuenta la entrañable relación del niño sin familia con su tío , un aspirante a torero que malvive en las calles de Madrid y sueña con su gran oportunidad en las plazas . La película es auténtica, recoge el sabor popular de El Rastro, de la Plaza de las Ventas y está llena de momentos antológicos : el tío y el niño recogiendo colillas para aprovechar el tabaco, la antologica secuencia del timo del reloj  o el agridulce desenlace cuando el tío Jacinto, que en realidad ha sido contratado para una “charlotada “ en la plaza, le intenta hacer creer al niño que ha toreado de verdad y ha gozado por fín de su tarde de gloria .


 El mundo de los toros aparece tambien en la dramática Tarde de toros 1955  , hasta llegar a otra de sus obras maestras : El cebo, 1958, una producción hispano suiza basada en un relato de Friedrich Durrenmat, y con los actores alemanes Heinz Ruhmann, Gert Froebe junto a la española María Rosa Salgado . “El cebo “ es una apasionante variación del “M “ de Fritz Lang . Rodada con estilo frio y cortante, Vajda nos sumerge en el mundo infantil que de repente se ve amenazado por la presencia de un asesino de niños . La única pista del comisario son unos dibujos de una de las niñas muertas . El clima opresivo, la impresionante interpretación de Froebe convierten la película en una de las grandes obras del cine europeo de todos los tiempos .





   Ladislao Vajda regresaría después a los terrenos de la comedia en María matrícula de Bilbao, 1960 , con Alberto Closas y Arturo Fernández tras la cual pasó una temporada en Alemania filmando títulos menores como Cerco de sombras 1962.
Regresó a España en 1961 : Una chica casi formal, y en 1965 aceptó un vehículo para la popular estrella Sara Montiel : La dama de Beirut . No pudo terminarla, un infarto acabó con su vida el 26 de marzo de 1965 , en los estudios Balcazar de Barcelona . Luis M. Delgado terminaría la película .

  Audaz, independiente, culto, Ladislao Vajda aportó al cine español una peculiar visión del mundo español a través de sus ojos europeos , de la Europa fugitiva que cayó tras la Segunda Guerra Mundial en el telón de acero construido por el comunismo sin alma . Solo por su trilogía dorada : El cebo, Mi tío Jacinto y Marcelino Pan y vino, Vajda merecería un lugar de privilegio en la historia del cine español .

 Ahora merece la pena revisar su obra y su figura . No defraudará a ningún auténtico cinéfilo .