¿ Qué son las imágenes perdidas ¿ se pregunta un espectador contemporáneo igual que Jean Luc Godard se hacía esa pregunta al contemplar las imágenes del desierto en Bitter victory, de Nicholas Ray o el rostro de Gary Cooper en El hombre del Oeste, de Anthony Mann .
Juan Pinzás reflexiona sobre sí mismo y sobre la naturaleza del propio cine – como Fellini en Ocho y medio – y lo hace recorriendo las huellas de su pasado, retornando a su Galicia natal para encontrar unas imágenes rodadas en algún cortometraje de los inicios de su carrera y que tal vez puedan encerrar una clave para interpretar su vida, su pasado y quien sabe si su futuro.
Juan Pinzás es uno de los cineastas más personales y rabiosamente independientes del panorama cinematográfico español . El cine – una de las pasiones de su vida – se inicia con una cámara de Super-8 mm. entre los años 1977 y 1980, formato en el que rueda varios cortos que poco a poco van constituyendo una especie de ensayo original de algunos de los temas y obsesiones que formarán su obra futura .
La vocación del cine nace desde los primeros años de su infancia en los que sus ojos, sus experiencias y su educación se tiñen de la belleza de los paisajes gallegos y descubre la magia de las imágenes en movimiento en casa de sus abuelos.
Toda su obra – producida por Atlántico Films – Pilar Sueiro - ha sido hasta ahora intensamente personal, variada y plena de propuestas originales : La gran comedia era un homenaje a Berlanga, irregular pero llena de simpatía. El juego de los mensajes invisibles se adentraba en el cine literario, con un equilibrio complicado entre realidad y fantasía basado en la novela El hijo adoptivo de Alvaro Pombo . Contó además con un excepcional reparto encabezado por Antonio Ferrandis, Eusebio Poncela, Mayrata O,Wisiedo y Jose Luis López Vázquez . A continuación filma La leyenda de la doncella , un viaje al mundo de la magia y la fantasía a través del erotismo, la comedia y las meigas gallegas . En ambas películas brilla una inquietante recreación de los universos ocultos de los personajes, amén de una gran capacidad para captar la belleza del paisaje (siempre Galicia) convirtiéndole en una pieza más de la trama (como hicieron los grandes clásicos del “western“, John Ford, Cecil B. de Mille, Delmer Daves o Anthony Mann).
Pero Juan Pinzás, enamorado del cine clásico y de las vanguardias, seguidor de Paul Verhoeven, David Lynch , Werner Herzog, Jean Luc Godard o Federico Fellini , da un nuevo paso en su particular hoja de ruta : las películas Dogma ha permitido experimentar a Juan Pinzás con el tratamiento de los actores, con los diálogos (algunas veces con su parte de improvisación), con la cámara y sobre todo con los sentimientos de los personajes.
Tras la trilogía: Érase otra vez, Días de boda, El desenlace – donde destacan Beatriz Rico, Javier Gurruchaga y un excepcional Pepe Sancho , se abre una etapa llena de posibilidades expresivas, y desde luego intensamente personales, de este singular cineasta con un universo propio que muestra toda su potencialidad en “ Las imágenes perdidas “. .
El protagonista – un director de cine – acaba de salir de una enfermedad y sus sueños le inquietan y agitan. No se trata tan solo de encontrar el tema adecuado para su siguiente obra, sino de encontrar de nuevo la raíz de su propia existencia . Para ello habrá de retornar a su Galicia natal, buscar a sus viejos amigos y redescubrir los entrañables cortometrajes de entonces, los que abrieron su trayectoria artística .
La película es un viaje en búsqueda de las claves de la creación artística, a la vez que una reflexión sobre el sentido de la vida y un homenaje al cine a través de dos grandes actores que encontraron sus propias imágenes dando vida a multitud de personajes .
El viaje conduce a Pinzás desde Madrid hasta Galicia en busca de unas imágenes perdidas que había rodado en los años ochenta.. Finalmente hallará en Vigo, su ciudad natal, de la que realiza un singular retrato, una vieja película en formato de Súper-8 mm con las imágenes buscadas. ¿Pero debe entonces detenerse el camino ¿ . Seguramente no .
La catarsis se produce con el visionado de la película redescubierta que resulta ser un homenaje al cine . El artista ahora ha realizado su obra y puede compararla con el esplendor de sus esperanzas de aquel tiempo .
El viaje es iniciático y de remembranza , Vigo, el mar, los viejos amigos, el puerto marítimo, los pescadores en el mercado, el puerto, las calles bulliciosas, la emocionante procesión del Cristo – una de las escenas más sobrecogedoras de la película - , los amigos de antaño, y al fondo siempre el cine , la pasión de la vida vista a través de unos ojos que se han convertido en cámara de cine .
Pinzás comparte sus reflexiones con Javier Gurruchaga, actor, cantante, showman, colaborador suyo en Días de boda y uno de los protagonistas de El desenlace . Y añade la presencia de un mito del cine de género español, Paul Naschy ( 1934-2009 ) el hombre lobo español, el autor de El huerto del francés , La bestia y la espada mágica o El retorno del hombre lobo y protagonista de más de cien películas la mayoría en el género fantástico . Paul Naschy – que intervino en la película Dogma Erase otra vez – se puso por última vez en su vida delante de una cámara en estas Imágenes perdidas con las que Juan Pinzás va dibujando su visión personal del mundo y del cine .
¿Existen esas imágenes perdidas ¿. Tal vez sean nuestros recuerdos, nuestras ilusiones del pasado que pugnan por seguir ocupando un lugar en el presente y para el futuro .
La película se define como un documental de creación , en realidad es un análisis poético del proceso mismo de la creación cinematográfica, desde los maestros que enseñan el camino, los mitos que se han convertido en iconos (Lex Barker, Charlton Heston, Laurel y Hardy ….) o la implicación de la propia vida en las películas .
¿ Qué es el cine ¿, Qué es la vida ¿ . Francois Truffaut llegó a musitar que el cine era preferible a la vida , al menos guardaba al creador la facultad de manipular esos pedazos de existencia en celuloide de los personajes . Julián Marías definió con propiedad al cine como un escorzo de vida humana . Para Juan Pinzás las imágenes perdidas y recobradas se integran en lo más profundo de su ser, por eso en su búsqueda el protagonista recuerda su vida anterior, busca sus raíces y al hallarlas encuentra un nuevo sentido para seguir creando . No en vano, varios de los hallazgos de este reencuentro serán utilizados por Juan Pinzás y la productora Pilar Sueiro para sus nuevos proyectos cinematográficos .
Una película compleja, acompasada por la esplendida banda sonora de Juan Sueiro, bella y profunda que no se parece a ninguna otra y que resulta de ineludible visión para cualquier cinéfilo enamorado del Séptimo Arte.