jueves, 29 de marzo de 2018

GLORIA Y MISTERIO DE LA SEMANA SANTA



GLORIA Y MISTERIO DE LA SEMANA SANTA 
FERNANDO ALONSO BARAHONA 

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.



  Semana Santa , tiempo de reflexión y misterio : el dolor del Cristo Crucificado que interpela al ser humano, al corazón y al alma de cada uno de nosotros .
  Pasión de Cristo en la Cruz que atrasviesa el espíritu y nos enfrenta a la preguntas esenciales del hombre :
quien soy yo
qué va a ser de  mi

    La muerte del Hijo de Dios y su resurreccion gloriosa constituyen la esencia de la fe , el sentido de la vida, el hierro candente que nos empuja a la conversión , a la creencia, a la vida que ansía más vida . Y en definitiva al Amor . Amor est omnia . El amor lo es todo y por amor padeción en la Cruz Jesús de Nazaret . Un amor sagrado que se derrama sobre la naturaleza humana como una antocha de esperanza , de luz, de belleza aún en el tremendo altar del sacrificio .
  Amar es vivir .
Creer es amar .

  un ramillete de poemas de Semana Santa nos introduce en el paisaje del misterio, en su vertiente humana, en su escorzo sagrado . Pura belleza derramada en palabras y versos .





Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada
el pecado me tortura,
las entrañas se me anegan
en torrentes de amargura,
y las lágrimas me ciegan,
y me hiere la ternura...

Oh, qué dulce, qué sereno
caminaba el Nazareno
por el campo solitario,
de verdura menos lleno
que de abrojos el Calvario!

¡Cuán süave, cuán paciente
caminaba y cuán doliente
con la cruz al hombro echada,
el dolor sobre la frente
y el amor en la mirada

GABRIEL Y GALAN


Pienso que la neblina es acaso el aliento
de Dios soplando el alba, empañando el paisaje...
¡No me lo rompas, sol! ¡No me lo lleves, viento!
Dejad que Dios respire junto a mí.
DULCE MARIA LOYNAZ


 No  me des tu calor como a la roca;
dame tu vida en él, que sólo anhelo
hallar a Dios en tu abrasada boca.
RAFAEL MONTESINOS


Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
habiéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ido
SAN JUAN DE LA CRUZ







Alma: tal es la orientación mejor,
tal es el instintivo derrotero
que nos muestra un lucero
interior.
Aunque nada sepamos del destino,
la noche a no temerlo nos convida.
Su alfabeto de luz, claro y divino,
nos dice: «Ven a mí: soy el Camino,
la Verdad y la Vida.»
AMADO NERVO


Aman la elegancia de gesto y color,
y en la crispadura tuya del madero,
en tu sudar sangre, tu último temblor
y el resplandor cárdeno del Calvario entero.
   Les parece que hay exageración
y plebeyo gusto; el que Tú lloraras
y tuvieras sed y tribulación,
no cuaja en sus ojos dos lágrimas claras
GABRIELA MISTRAL






En qué piensas Tú, muerto, Cristo mío?
¿Por qué ese velo de cerrada noche
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno cae sobre tu frente?
Miras dentro de Ti, donde está el reino
de Dios; dentro de Ti, donde alborea
el sol eterno de las almas vivas.
Blanco tu cuerpo está como el espejo
del padre de la luz, del sol vivífico;
blanco tu cuerpo al modo de la luna
que muerta ronda en torno de su madre
nuestra cansada vagabunda tierra;
blanco tu cuerpo está como la hostia
del cielo de la noche soberana,
de ese cielo tan negro como el velo
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno.Que eres, Cristo, el único
hombre que sucumbió de pleno grado,
triunfador de la muerte, que a la vida
por Ti quedó encumbrada. Desde entonces
por Ti nos vivifica esa tu muerte,
por Ti la muerte se ha hecho nuestra madre,
por Ti la muerte es el amparo dulce
que azucara amargores de la vida;
por Ti, el Hombre muerto que no muere
blanco cual luna de la noche. Es sueño,
Cristo, la vida y es la muerte vela.
Mientras la tierra sueña solitaria,
vela la blanca luna; vela el Hombre
desde su cruz, mientras los hombres sueñan;
vela el Hombre sin sangre, el Hombre blanco
como la luna de la noche negra;
vela el Hombre que dió toda su sangre
por que las gentes sepan que son hombres.
Tú salvaste a la muerte. Abres tus brazos
a la noche, que es negra y muy hermosa,
porque el sol de la vida la ha mirado
con sus ojos de fuego: que a la noche
morena la hizo el sol y tan hermosa.
Y es hermosa la luna solitaria,
la blanca luna en la estrellada noche
negra cual la abundosa cabellera
negra del nazareno. Blanca luna
como el cuerpo del Hombre en cruz, espejo
del sol de vida, del que nunca muere.
Los rayos, Maestro, de tu suave lumbre
nos guían en la noche de este mundo
ungiéndonos con la esperanza recia
de un día eterno. Noche cariñosa,
¡oh noche, madre de los blandos sueños,
madre de la esperanza, dulce Noche,
noche oscura del alma, eres nodriza
de la esperanza en Cristo salvador

MIGUEL DE UNAMUNO 


     La poesía con sus alas de letras y alma nos transporta al misterio , el resto es tarea de cada corazón . De cada espíritu .  







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